11 de enero de 2022 

Estimado representante, 

Hoy escribimos en nombre de nuestros 36.000 miembros y simpatizantes en todo Pensilvania para instarle a que se oponga al Proyecto de Ley de la Cámara de Representantes 38 (HB 38). El Proyecto de Ley de la Cámara de Representantes 38 crearía un plan de redistribución de distritos impulsado por la legislatura para los tribunales de apelación en Pensilvania, lo que constituye una afrenta directa a la idea de un poder judicial independiente. Esta no es la primera vez que expresamos nuestra oposición. De hecho, Common Cause ha apoyado durante mucho tiempo la independencia judicial y, más específicamente, se ha opuesto a los distritos judiciales desde su introducción.  

El papel del poder judicial es decidir los casos basándose en la ley y en los hechos de los casos que se le presentan, no proporcionar representación política a los habitantes de Pensilvania en una región específica. Las elecciones partidarias por distritos judiciales subvierten el papel del poder judicial e invaden las funciones de las otras dos ramas del gobierno.  

La idea de tribunales justos e imparciales es uno de los principios fundamentales de nuestra democracia. No se trata de una cuestión republicana ni demócrata. Todos nosotros, independientemente del código postal y la afiliación política, tenemos un interés particular en garantizar que nuestro poder judicial se mantenga lo más alejado posible de la política partidista. A diferencia de la representación en la legislatura, donde las necesidades locales son una parte fundamental para representar eficazmente a las personas en un distrito, no existe una manera regional de interpretar nuestra Constitución. También entendemos la importancia de garantizar que muchos tipos de diversidad estén representados en los tribunales de Pensilvania; esta enmienda no es el método para lograrlo.  

Common Cause Pennsylvania lleva décadas abogando por la transparencia y la equidad a la hora de elegir jueces y dar forma a nuestros tribunales. Garantizar que los jueces se rijan únicamente por la ley, mantener los tribunales justos y accesibles y garantizar que todos los habitantes de Pensilvania tengan acceso al mismo sistema de justicia son claves para construir una democracia fuerte en el siglo XXI. Hace tiempo que apoyamos un sistema de selección por méritos que minimizaría la política partidista, promovería la diversidad racial, étnica, de género, geográfica y de otro tipo, y eliminaría sustancialmente el papel insidioso del dinero en la política judicial. 

Seguimos preocupados por el hecho de que este proyecto de ley permita a la Asamblea General trazar distritos judiciales mediante una legislación futura. Es imperativo que los legisladores no tengan el poder exclusivo de trazar líneas distritales de ningún tipo, incluidos los distritos judiciales delineados en esta enmienda constitucional. Common Cause ha estado a la vanguardia de la lucha durante años, abogando por que el poder debe otorgarse al pueblo porque la legislatura ha demostrado ser incapaz de trazar distritos que prioricen las necesidades de representación de las comunidades. 

Nuestro sistema judicial y la imparcialidad constitucionalmente creada de la tercera rama del gobierno existen para mantener las limitaciones a las otras dos ramas y garantizar un sistema de controles y contrapesos. Los tribunales son la primera línea de defensa contra los abusos de cada rama del gobierno y existen para proteger los derechos de nosotros, el pueblo. Para que nuestro sistema judicial proteja eficazmente nuestros derechos, debe existir como una rama del gobierno igual y completamente separada. Una legislación como esta disminuiría inherentemente la posición del sistema judicial, ya que es responsabilidad de nuestros tribunales administrar justicia sin temor ni favoritismo. 

También nos preocupa que el hecho de retirar la HB 38 de la mesa de debate para su segunda consideración en este momento en particular pueda ser visto por algunos como una advertencia de la legislatura a los jueces de los tres tribunales de apelación. Independientemente de la intención, los jueces nunca deberían parecer amenazados por cumplir con su deber jurado. Los jueces de Pensilvania, que trabajan duro, merecen algo mejor que eso.  

Por estas razones, continuamos oponiéndonos a esta legislación, HB38, e instamos a todos los miembros de la Cámara a votar en contra.