Cuando Donald Trump se postuló a la presidencia, prometió al pueblo estadounidense que “ganaríamos tanto que nos cansaríamos de ganar”.

Pero a estas alturas, está claro: Los únicos que ganan son los multimillonarios, las grandes corporaciones y los bien conectados.—El resto nos hemos quedado atrás. Esta administración ha trabajado arduamente para ayudar a las corporaciones y a los ultrarricos a obtener aún más ganancias a nuestra costa.

Y para pagarlo, están atacando con dureza a los sectores del gobierno que ayudan a la gente común. Van en contra de nuestra atención médica. Van en contra de nuestra Seguridad Social. Están destruyendo servicios de los que millones de personas dependen para sobrevivir.

Mientras los ultrarricos se sientan cómodamente en la cima, la gente común se está ahogando: luchando por pagar el alquiler, tratando de comprar medicamentos y viendo cómo se dispara el costo de los alimentos.

Ante estos ataques, no nos callaremos. No nos dividiremos. Nos uniremos por lo que creemos..

En todo el país, la gente se está alzando. Los trabajadores se están organizando. Los jóvenes se están movilizando. Los votantes rechazan el odio y exigen soluciones reales. Desde pueblos rurales hasta grandes ciudades, desde estados republicanos hasta demócratas, Estamos dando un paso adelante—no sólo para resistir el caos de Trump, sino para construir algo mejor en su lugar.

Es por eso que hemos estado movilizando a nuestros miembros durante todo el año para asistir a protestas pacíficas, no sólo para hablar, sino para exigir que cada líder, en todos los niveles, cumpla estas promesas.

Necesitamos líderes electos que hagan el trabajo que Trump y su administración se niegan a hacer. Líderes que arreglen lo que él destruyó, fortalezcan lo que intentó destruir y finalmente cumplan la promesa de un gobierno para todos.

Dígale a sus miembros del Congreso: Cumplan la promesa del pueblo.