La neutralidad de la red es el principio simple de que empresas como Verizon y Comcast deberían tratar todo el tráfico web por igual, no elegir según quién esté dispuesto a pagar más o a quién le guste más. A las grandes tecnológicas, obviamente, no les gusta eso, por eso han gastado millones en presionar contra ello durante años.

Ahora, tres jueces no electos han tomado el control de nuestra Internet y se lo han devuelto a un puñado de megacorporaciones. ¿El resultado probable? Acceso restringido a los servicios de streaming, precios monopolísticos que eliminan la competencia y una internet más lenta, aislada y menos libre para todos.

Y, por desgracia, fallos como este serán cada vez más frecuentes ahora que la Corte Suprema ha revocado la “deferencia Chevron”, que otorgaba a los jueces, en lugar de a funcionarios públicos cualificados, un cheque en blanco para desechar protecciones como la neutralidad de la red, las salvaguardas ambientales o las normas de seguridad alimentaria.

Es por eso que debemos hablar con valentía, ahora mismo, contra esta atroz decisión anticonsumidora y antidemocrática. ¿Puedes agregar tu nombre hoy?