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Los estadounidenses merecen algo mejor que el intento del fiscal general Barr de encubrir y ocultar el informe de Mueller sobre los ataques rusos
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Declaración de la presidenta de Common Cause, Karen Hobert Flynn
Los estadounidenses merecen algo mejor que un segundo intento del fiscal general William Barr de encubrir las conclusiones del informe del fiscal especial Robert Mueller sobre los ataques rusos a las elecciones presidenciales de 2016 y los intentos posteriores de obstruir la investigación mediante una supuesta conferencia de prensa ante el Congreso, la prensa y el pueblo estadounidense, que ni siquiera han visto una página del informe. Es absolutamente reprensible que Barr y sus subordinados ya hayan realizado múltiples reuniones informativas con funcionarios de la Casa Blanca. El fiscal general se está comportando más como un asistente de la Casa Blanca que intenta controlar los daños que como el principal funcionario de las fuerzas del orden del país.
Así no funciona una democracia. El Departamento de Justicia no puede hacer de apologista de nadie, y mucho menos de alguien que ocupe el cargo de Presidente de los Estados Unidos. El Congreso es una rama del gobierno con igualdad de poderes y debe ser respetado hasta el último detalle del informe de Mueller. En nuestra Constitución hay controles y contrapesos que no se pueden ignorar por motivos de lealtad política o personal.
El pueblo estadounidense espera y merece saber toda la verdad sobre los ataques rusos a las elecciones presidenciales de 2016, y necesita escuchar directamente al fiscal especial Robert Mueller en audiencias abiertas en el Congreso. El informe, que se prevé con abundantes censuras, tiene el aspecto distintivo de un encubrimiento. El Congreso debe recibir el informe completo y debe determinar qué es lo que debe censurarse. Esas determinaciones no deberían ser tomadas por un apologista de Trump como William Barr, que criticó abiertamente la investigación de Mueller antes de su nombramiento como fiscal general.
El Congreso debe escuchar nuevamente al Fiscal General Barr en audiencias públicas –después de que los miembros hayan visto el informe completo– para exigirle respuestas sobre la cantidad de información sobre los ataques rusos y la obstrucción de la justicia que ha decidido ocultar al pueblo estadounidense. Además, el Congreso debe exigirle respuestas sobre la forma en que el Fiscal General manejó la investigación y el informe final del Fiscal Especial, de los cuales debería haberse recusado en primer lugar debido a sus claros conflictos de intereses.
A pesar de la propaganda del Fiscal General de que "no veo, no escucho, no digo nada malo", no podemos pasar por alto el hecho de que la investigación ya ha dado lugar a 199 cargos penales, 37 acusaciones formales o declaraciones de culpabilidad y 5 sentencias de prisión. Y hay más cosas que hacer en numerosas investigaciones adicionales sobre posibles conductas delictivas descubiertas por el Fiscal Especial que han sido transferidas a otros fiscales. Pero tan solo los crímenes que ya se han hecho públicos son impresionantes y sin precedentes en la historia de nuestra nación.