El proyecto de ley de respuesta de emergencia al coronavirus presentado hoy por los demócratas de la Cámara de Representantes toma medidas vitales para abordar las emergencias económicas y de salud pública y, lo que es más importante, también toma medidas para salvaguardar nuestra democracia de esta pandemia. Nuestras elecciones son el alma de nuestra democracia y todos los estadounidenses esperan y merecen que se cuente su voto. Millones de ciudadanos estadounidenses corren el riesgo de quedar privados de sus derechos por la pandemia del coronavirus si no se toman medidas drásticas. El proyecto de ley del Senado impulsado por el líder de la mayoría Mitch McConnell está lamentablemente subfinanciado y equivale a solo gestos simbólicos para salvaguardar el derecho al voto de todos los ciudadanos. Si bien es solo un pequeño porcentaje del paquete de ayuda general, el proyecto de ley de la Cámara de Representantes invierte $1,000 millones en nuestras elecciones estatales y locales para expandir la votación anticipada y en ausencia sin excusas, así como para brindar opciones de votación por correo durante una emergencia.

Las primarias del martes pasado ofrecieron una muestra de lo vulnerable que es nuestro sistema de votación ante una pandemia. El proyecto de ley de la Cámara de Representantes toma en serio la amenaza y proporciona los fondos necesarios para ayudar a los estados y las comunidades a garantizar que todos los estadounidenses tengan la oportunidad de hacer oír su voz en las urnas.

El proyecto de ley de la Cámara de Representantes protege aún más nuestra democracia al fortalecer el Censo de 2020 para garantizar que todos puedan ser contados. El proyecto de ley también incluye un “fondo de conectividad de emergencia” para ayudar a cerrar las brechas de conectividad de banda ancha y garantizar que las comunidades marginadas afectadas por la pandemia tengan acceso asequible. El fondo de conectividad de emergencia asigna 1.000 millones de dólares a la FCC para ampliar el programa Lifeline a fin de proporcionar acceso a banda ancha a los hogares de bajos ingresos que reúnen los requisitos, y 1.000 millones de dólares para puntos de acceso wifi para conectar a los estudiantes en casa que no tienen banda ancha.

La presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi (demócrata por California), el líder de la minoría del Senado Chuck Schumer (demócrata por Nueva York), la presidenta Zoe Lofgren (demócrata por California), el representante John Sarbanes (demócrata por Maryland) y sus colegas merecen un reconocimiento significativo por poner a los votantes por delante de las corporaciones. Esas corporaciones, no sus empleados, son un foco mucho más importante del proyecto de ley del Senado, que llega al extremo de crear un fondo secreto considerable para préstamos a través del Departamento del Tesoro que carece de suficiente supervisión y transparencia oportuna sobre sus beneficiarios. Y tal vez sea revelador que el presidente Trump se haya negado a prometer que no aceptará ayuda federal para sus hoteles y otras propiedades.

Esperamos que los republicanos en el Senado lleguen a reconocer la necesidad de rendir cuentas por cualquier programa de préstamos federales en beneficio de nuestra economía. Y, además, esperamos que el Senado reconozca la importancia de salvaguardar el derecho de todos los estadounidenses a que se escuche nuestra voz y se cuente nuestro voto.