El presidente Trump debe ser sometido a un proceso de destitución y destituido de su cargo lo antes posible. Después de incitar a sus partidarios a asaltar violentamente el Capitolio de Estados Unidos mientras el Congreso certificaba la elección de Joe Biden como nuestro próximo presidente, Donald Trump no puede permanecer en el cargo más alto de nuestra nación. El presidente Trump tiene sangre en sus manos.

Hoy, menos de 18 horas después de emitir un mensaje grabado en el que supuestamente reconocía la certificación de su derrota por parte del Congreso, Donald Trump volvió a recurrir a su cuenta de Twitter para agitar a sus partidarios, entre los que se incluye la turba que profanó el Capitolio en una violenta insurrección que causó cinco muertes. Eso siguió a su esfuerzo de meses para engañar a sus partidarios con desinformación sobre las elecciones y, más recientemente, a sus intentos de intimidar a los funcionarios estatales para impedir el voto de miles de ciudadanos estadounidenses en comunidades mayoritariamente negras y latinas.

Donald Trump sigue siendo un peligro claro y presente para la nación. Hace tiempo que los republicanos en el Congreso deben poner a su país por delante de su partido y sumarse a los demócratas para enjuiciar al presidente Trump antes de que ponga en mayor peligro a la nación.

Instamos a la presidenta Pelosi a que someta a votación en la Cámara en pleno los artículos de juicio político contra Donald Trump lo antes posible. También instamos al líder de la mayoría McConnell a que convoque de inmediato al pleno del Senado de los Estados Unidos y condene al presidente, de modo que pueda ser destituido e inhabilitado para ejercer nuevamente cargos públicos antes de que su comportamiento errático, imprudente y peligroso provoque más derramamiento de sangre u otros daños a nuestra nación y nuestra democracia.