Todavía faltan más de nueve meses para las elecciones, pero ya está claro que el próximo presidente de Estados Unidos asumirá el cargo profundamente endeudado con un puñado de estadounidenses ricos y donantes con intereses especiales, dijo hoy Common Cause.

“No sabemos quién ganará en noviembre, pero la última ronda de informes sobre financiación de campañas muestra que 'nosotros, el pueblo' ya estamos muy por detrás de 'nosotros, el 1 por ciento'”, dijo Bob Edgar, presidente y director ejecutivo del grupo de vigilancia gubernamental sin fines de lucro. “Las enormes sumas que fluyen hacia la carrera presidencial de unos pocos donantes adinerados nos darán un Presidente y un Congreso más en deuda que nunca con las grandes corporaciones y los individuos que ya están en la cima de la escalera económica, y con pocos incentivos para cuidar del resto de nosotros.

“Todo inversor, y en particular aquellos dispuestos a hacer donaciones de seis o siete cifras, esperan obtener un rendimiento de su dinero”, afirmó Edgar. “Y la experiencia debería indicarnos que quienes deben sus oficinas a inversores con mucho dinero lo proporcionarán.

La Corte Suprema dijo en Citizens United que nuestros funcionarios electos no pueden ser corrompidos por donantes con los que no tienen ninguna relación, y por lo tanto no tenemos nada que temer del gasto político ilimitado por parte de grupos independientes, dijo Edgar. “Pero ¿alguien cree seriamente que un presidente puede ser verdaderamente independiente de personas que han gastado decenas e incluso cientos de millones de dólares para promoverlo o derribar a sus adversarios? Hemos tenido algunos presidentes admirables, incluso heroicos, pero ninguno con ese tipo de superpoder”.