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'Su peor enemigo'

Los tuits del presidente Trump de esta mañana sobre el despedido director del FBI, James Comey, hicieron que los abogados de Washington consultaran sus archivos de juicio político de los años de Nixon y Clinton.

El presidente Trump se está convirtiendo en su peor enemigo.

Sus tuits de esta mañana sobre el despido del director del FBI, James Comey, han llevado a los abogados de Washington a consultar sus archivos de juicio político de los años de Nixon y Clinton y a investigar sobre privilegio ejecutivo, obstrucción a la justicia e intimidación de testigos. Ha provocado a los antiguos colegas de Comey en el FBI y el Departamento de Justicia y ha provocado innecesariamente otra pelea con la prensa de Washington.

Todo eso antes de las 9 de la mañana. ¿Quién sabe qué nos deparará la tarde?

Trump comenzó sus tuits matutinos con una nueva afirmación de que las sugerencias de que su campaña coludió con agentes rusos el año pasado en un esfuerzo por perturbar las elecciones están siendo "inventadas por los demócratas como excusa para perder las elecciones".

Luego se dirigió a los medios, reaccionando claramente a los titulares matutinos y a los comentarios de los noticieros por cable sobre las explicaciones cambiantes y contradictorias de la administración sobre los eventos que llevaron al despido de Comey. "Como presidente muy activo con tantos asuntos pendientes, ¡no es posible que mis representantes se presenten en el podio con total precisión!", tuiteó a las 7:59. Ocho minutos después, sugirió: "¿Quizás lo mejor sería cancelar todas las futuras 'conferencias de prensa' y entregar respuestas por escrito para mayor precisión?".

Y 19 minutos después, llegó lo que solo puede considerarse una amenaza para Comey. El exjefe del FBI: "¡Más le vale esperar que no haya grabaciones de nuestras conversaciones antes de que empiece a filtrarlas a la prensa!", tuiteó Trump.

Si Trump pensó que todo eso lo ayudaría a superar la historia de Rusia y poner a su administración nuevamente en marcha, pronto aprendió lo contrario.

En MSNBC, el excongresista republicano y antiguo amigo de Trump, Joe Scarborough, afirmó que Trump había dejado en ridículo a todos sus portavoces. El presidente ha admitido ahora, ante las cámaras, que «despidieron a James Comey porque querían frenar la investigación del FBI que indagaba en los asuntos de Trump», declaró Scarborough, añadiendo posteriormente que «este hombre… termina dejando en ridículo a todos los que trabajan a su alrededor».

Y en CNN, el exanalista de la CIA Philip Mudd le lanzó una advertencia al presidente: «Si cree que va a intimidar al FBI, se equivoca».

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