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El SuperPAC demócrata destaca la necesidad de una reforma
La noticia de hoy de que los demócratas de la Cámara de Representantes están creando un “súper PAC” para sacarle dinero de campaña a corporaciones, grupos comerciales, sindicatos y estadounidenses ricos es otro triste recordatorio del fracaso del Congreso y del Presidente Obama para arreglar nuestro roto sistema de financiamiento de campañas, dijo hoy Common Cause.
“Estamos en las primeras etapas de una nueva carrera armamentística política y todas las armas apuntan contra nuestra democracia”, declaró Bob Edgar, presidente del grupo de vigilancia gubernamental sin fines de lucro. “Los grandes intereses financieros, blanco de la recaudación de fondos de los súper PAC, ven las donaciones políticas como inversiones; como todos los inversores, esperan una rentabilidad y, con demasiada frecuencia, la obtienen a costa del resto de nosotros”.
Los Super PAC proliferaron el año pasado, después de que la Corte Suprema dictaminara en el caso Citizens United contra la Comisión Federal Electoral que estos grupos políticos pueden aceptar donaciones ilimitadas y utilizar el dinero para apoyar u oponerse a candidatos específicos. Esta decisión impulsó a grupos "independientes" a invertir cerca de 100 millones de dólares en las contiendas por el Congreso del año pasado.
Aproximadamente la mitad de ese dinero se canalizó a través de organizaciones sin fines de lucro que no están obligadas a revelar la identidad de sus donantes. El "House Majority PAC", el supercomité de acción política creado por los demócratas de la Cámara de Representantes, ha prometido operar bajo normas que exigen la divulgación de información, pero otros grupos alineados con los dos principales partidos políticos se preparan para recaudar cientos de millones en contribuciones secretas para las campañas de 2012.
“Como excongresista, entiendo que las campañas actuales son costosas y no es realista esperar que los candidatos de cualquier partido político se desarmen y sean menos competitivos”, dijo Edgar. “Pero los congresistas deberían trabajar para reparar nuestro sistema fallido y restaurar la voz de los votantes en nuestras elecciones. Debemos reparar el sistema de financiamiento público presidencial y cambiar la forma en que financiamos las campañas congresionales para que los candidatos puedan recaudar el dinero que necesitan mediante pequeñas donaciones de los electores, en lugar de depender de intereses especiales adinerados que buscan algo a cambio”.