Una mancha en la ciudad de Jackson, Mississippi
En el corazón de Misisipi, donde las luchas del pasado se entrelazan con los desafíos del presente, se encuentra Jackson, Misisipi. Jackson es conocida como "La Ciudad con Alma" por su patrimonio cultural, historia y encanto sureño. Sin embargo, me temo que los problemas sistémicos de la ciudad han manchado su reputación.
Al llegar a la Universidad Estatal de Jackson en otoño de 2021, era un estudiante de primer año entusiasmado y feliz de estar en una nueva ciudad que se convertiría en mi nuevo hogar durante los próximos cuatro años. Al mudarme a mi residencia, escuché disparos a pocas cuadras de distancia y esa emoción desapareció al instante. Con el tiempo, escuchar disparos a una cuadra del campus se convirtió en algo normal para mí. Todavía me hacía sentir inseguro y asustado, pero era algo con lo que tendría que lidiar.
La crisis del agua era algo que nunca había experimentado. El agua limpia era algo a lo que me había acostumbrado. La idea de que una ciudad estadounidense tuviera agua contaminada y poco fiable en pleno siglo XXI me desconcertaba, y me sigue desconcertando. Tenía que ducharme con agua embotellada, usarla para cepillarme los dientes y para cocinar.
Tenía la esperanza de que la situación mejoraría en unas semanas; sin embargo, han pasado tres años y los residentes, incluyéndome a mí, seguimos lidiando con problemas que prometieron solucionar y controlar. ¿Cuándo será suficiente? ¿Qué deben hacer los residentes para que el gobierno estatal los escuche y los vea?
La falla de la gobernanza es la raíz de este fracaso. La crisis del agua se ha agravado por la mala planificación, la mala gestión y la indiferencia de los funcionarios locales y estatales hacia la infraestructura vital. La infraestructura hídrica de Jackson está al borde del colapso debido a años de falta de financiación y mantenimiento desatendido. Los efectos de esta negligencia se sienten no solo en tiempos de emergencia, sino también en las dificultades cotidianas que enfrentan los residentes que deben satisfacer la necesidad básica de agua potable.
En cuanto al aumento de la delincuencia, abordar las causas subyacentes es solo un aspecto de la solución. Garantizar que las fuerzas del orden cuenten con las herramientas, la instrucción y la asistencia necesarias para combatir eficazmente la delincuencia y mantener la seguridad comunitaria es igualmente crucial. Invertir en programas de policía comunitaria que fomenten la cooperación y la confianza entre los agentes del orden y las comunidades a las que sirven es una forma de lograrlo. Al establecer vínculos de confianza y
Al interactuar con la comunidad, las fuerzas del orden pueden aprender sobre los problemas locales y colaborar para encontrar soluciones.
Los problemas sistémicos que Jackson ha enfrentado durante décadas están dañando la ciudad al crear ciclos de desigualdad, injusticia y desventajas. La crisis del agua y el aumento de la delincuencia son una llamada de atención para todos. Deberían ser un recordatorio de las consecuencias que enfrentan los ciudadanos cuando son desatendidos por el gobierno debido a infraestructuras deficientes, la asignación incorrecta de fondos, la pobreza y la falta de prioridad al bienestar comunitario. El futuro de Jackson depende de la capacidad de sus residentes para unirse y afrontar esta crisis de frente. El momento de cambiar por el bien de la ciudad es ahora.